Como dice mi buen amigo José Luis, este fin de semana necesitaba ver un pino.
Después de una larga semana con todos los ajetreos propios de la acción laboral cotidiana, de noticias sobre lo mal que va la economía (para variar), de las manifestaciones por aquí y por allá, los cansinos de los medios de comunicación con las mismas noticas uno y otro día; y para colmo empiezan ya las juntas falleras a alborotar la barriada...
Así que con este panorama me dije necesito tranquilidad absoluta, un día de absoluto silencio interior y exterior para poder cargar pilas y seguir semana tras semana la cotidianidad sin morir en el intento.
Así pues me marché a mi "caminito" por la sierra de Gúdar, y acompañado del río Mijares una bonita excursión disfrutando del paisaje.
Y la fuente del camino, que te ofrece su belleza, su frescura y su vida sin pedirte nada a cambio, y en cualquier momento sin espera alguna. ¡qué buena y que refrescante el agua de esa fuente!
El río, mi único acompañante a lo largo del camino
Y algunas curiosidades y restos de humanidad
Junto con otros regalos de la propia naturaleza
Bueno en fin, no fue un pino; más bien una gran encina, pero para el caso es lo mismo.
Seguro que la semana próxima será diferente.
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